Saber decir adiós, saber aceptar que esa etapa ya ha pasado y no hay vuelta atrás. Sacar de tu mente a la persona que te hizo feliz, que te llevó al fin del mundo mientras estabas a su lado. Las cosas son difíciles pero no imposibles. Y entonces, cuando crees que ya lo has logrado, vuelves a caer. Ves su sonrisa, sus ojos, escuchas su voz, esa voz que tiempo atrás pronunció un "Te quiero" dirigido a ti. Cierras los ojos, intentas llenar tus pensamientos con un "olvídalo" pero sabes que no puedes. Los recuerdos son más fuertes que tú. Entonces comprendes que las personas que han formado parte de tu vida, aunque haya sido solo por un momento, permanecerán siempre ahí. En tus recuerdos, en tu corazón.
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